¿QUIÉN TE HA DADO LAS PASTILLAS?
(Relato de hechos reales. Testimonio de una persona trabajadora de ACCEM)
Dispositivo de ACCEM Las Raíces.
Turno de tarde, 22.30h:
"Hay un chico muy mal, dice que ha tomado un montón de pastillas"
Se oye a la gente alborotada. La zona de los despachos llena de trabajadores recogiendo para irse a casa, las escaleras de acceso al edificio llenas de gente preocupada por la vida de su compañero. La entrada al edificio llena. Unas 50 personas, sin distancia de seguridad, muchas de ellas sin mascarilla. El chico que ha intentado quitarse la vida con una sobredosis está sentado en una silla con un corro de trabajadores gritándole, enfadados:
"¡¿Pero quién ha sido?, ¿Quién te ha dado las pastillas?!"
Tiene la caja vacía como prueba en la mano. Se encuentra atónito, claramente intoxicado, incapaz de mantener la postura, con la mirada ida.
Y es que aunque sobredosis hay todos o casi todos los días, la de este día fue diferente. Este chico se tomó muchas pastillas de Diazepan. Normalmente lo intentan con ibuprofeno o paracetamol, a veces con muchos tipos de pastillas a la vez, las que ACCEM les da en cajas. Este tipo de intento de suicidio no suscita gran interés, ya son rutinarios, las enfermeras acuden a verlos, se llama una ambulancia y les llevan al hospital. Sin más. Sin pensar, jamás, en qué está haciendo ACCEM y esta máquina de muertes migratorias para provocar que tantos chicos intenten suicidarse o que haya autolesiones gravísimas varias veces al día.
El chico sigue medio inconsciente, y el único problema para ACCEM en ese momento es quién suministró el medicamento, y así señalar a un culpable sin detectarlo en su misma casa. Le preguntan reiteradamente todos los trabajadores que hay allí, uno tras otro: "¡¿PERO, QUIÉN TE HA DADO LAS PASTILLAS?!"
- ¿Llamamos a una ambulancia? - Se escucha entre los gritos.
- No, claro que no, este es un mentiroso, sólo quiere llamar la atención, todas las noches está con los mismos rollos. No es nada.- Son las conversaciones que se escuchan entre los trabajadores y responsables.
Nadie le pregunta cómo está, cómo se siente o qué necesita.
Las escaleras, aquellas que aparecieron en un vídeo llenas de sangre, son el lugar por el que baja el escaso personal sanitario corriendo cuando le comunican la situación.
Sólo se escuchan los gritos de sus compañeros preocupados y de los trabajadores de ACCEM enfadados, reclamando una respuesta, en concreto, la que ellos quieren oír.
- ¡¿QUE QUIÉN TE HA DADO LAS PASTILLAS?!
- Enfermera.
- ¿Qué enfermera?, la de fuera, ¿verdad?
Siguen interrogando.
-No, fuera, no, ACCEM, arriba. - Responde señalando escaleras arriba, donde está la consulta de enfermería.
La enfermería de ACCEM. Lugar en el que se reparten unas 50 medicaciones del mismo tipo que el diazepan que usó este chico. Lugar que queda sin personal y en muchas ocasiones abierto cada vez que hay una urgencia y las enfermeras tienen que salir corriendo. Lugar en el que se guardan más de 200 cajas de medicamentos tirados por el suelo en cajas sin repartir por falta de personal. Lugar sin protección ni personal suficiente para estar pendientes de las pastillas que hay o si falta alguna caja. Lugar en el que la vida de estas personas no tienen valor más allá de la entrada de dinero que le supone a una ONG.
Dispositivo de ACCEM Las Raíces.
Turno de tarde, 22.30h:
"Hay un chico muy mal, dice que ha tomado un montón de pastillas"
Se oye a la gente alborotada. La zona de los despachos llena de trabajadores recogiendo para irse a casa, las escaleras de acceso al edificio llenas de gente preocupada por la vida de su compañero. La entrada al edificio llena. Unas 50 personas, sin distancia de seguridad, muchas de ellas sin mascarilla. El chico que ha intentado quitarse la vida con una sobredosis está sentado en una silla con un corro de trabajadores gritándole, enfadados:
"¡¿Pero quién ha sido?, ¿Quién te ha dado las pastillas?!"
Tiene la caja vacía como prueba en la mano. Se encuentra atónito, claramente intoxicado, incapaz de mantener la postura, con la mirada ida.
Y es que aunque sobredosis hay todos o casi todos los días, la de este día fue diferente. Este chico se tomó muchas pastillas de Diazepan. Normalmente lo intentan con ibuprofeno o paracetamol, a veces con muchos tipos de pastillas a la vez, las que ACCEM les da en cajas. Este tipo de intento de suicidio no suscita gran interés, ya son rutinarios, las enfermeras acuden a verlos, se llama una ambulancia y les llevan al hospital. Sin más. Sin pensar, jamás, en qué está haciendo ACCEM y esta máquina de muertes migratorias para provocar que tantos chicos intenten suicidarse o que haya autolesiones gravísimas varias veces al día.
El chico sigue medio inconsciente, y el único problema para ACCEM en ese momento es quién suministró el medicamento, y así señalar a un culpable sin detectarlo en su misma casa. Le preguntan reiteradamente todos los trabajadores que hay allí, uno tras otro: "¡¿PERO, QUIÉN TE HA DADO LAS PASTILLAS?!"
- ¿Llamamos a una ambulancia? - Se escucha entre los gritos.
- No, claro que no, este es un mentiroso, sólo quiere llamar la atención, todas las noches está con los mismos rollos. No es nada.- Son las conversaciones que se escuchan entre los trabajadores y responsables.
Nadie le pregunta cómo está, cómo se siente o qué necesita.
Las escaleras, aquellas que aparecieron en un vídeo llenas de sangre, son el lugar por el que baja el escaso personal sanitario corriendo cuando le comunican la situación.
Sólo se escuchan los gritos de sus compañeros preocupados y de los trabajadores de ACCEM enfadados, reclamando una respuesta, en concreto, la que ellos quieren oír.
- ¡¿QUE QUIÉN TE HA DADO LAS PASTILLAS?!
- Enfermera.
- ¿Qué enfermera?, la de fuera, ¿verdad?
Siguen interrogando.
-No, fuera, no, ACCEM, arriba. - Responde señalando escaleras arriba, donde está la consulta de enfermería.
La enfermería de ACCEM. Lugar en el que se reparten unas 50 medicaciones del mismo tipo que el diazepan que usó este chico. Lugar que queda sin personal y en muchas ocasiones abierto cada vez que hay una urgencia y las enfermeras tienen que salir corriendo. Lugar en el que se guardan más de 200 cajas de medicamentos tirados por el suelo en cajas sin repartir por falta de personal. Lugar sin protección ni personal suficiente para estar pendientes de las pastillas que hay o si falta alguna caja. Lugar en el que la vida de estas personas no tienen valor más allá de la entrada de dinero que le supone a una ONG.
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